«El verte es el esplendor de mis ojos», así rezan los Cantos de amor del antiguo Egipto. El acto de verse y de mirar era fundamental para los egipcios, en razón de la importancia concedida a la apariencia física y en particular a la mirada. Fiel a esta tradición, el espejo del Aboca Museum es una idea de regalo inolvidable que trae consigo el encanto de los milenios.
Realizado por maestros artesanos toscanos, el espejo está constituido por una parte reflectante en lámina de plata. La parte metálica retoma un espejo de bronce sin manija que data del período comprendido entre el Nuevo Reino y la Época Tardía. La manija reproduce, en forma y color, una manija de madera ennegrecida, probablemente de sicomoro, que data del Nuevo Reino.
El proyecto de Aboca, destinado a explorar el profundo vínculo entre el hombre y la naturaleza, incluye la recuperación y la reanudación de técnicas artesanales antiguas y sabias. Por esta razón, la producción de los objetos se confía a los trabajadores expertos, capaces de renovar la tradición secular que ha contribuido a difundir el nombre de Italia en el mundo.
Notas
El espejo se encuentra en una elegante caja de terciopelo azul.
Otra información
El espejo, instrumento indispensable para la práctica diaria del maquillaje, aparece ya en el Antiguo Reino. Estaba hecho de un disco de bronce bien pulido y una manija, que podía ser de varios materiales y formas. Su valor simbólico también era considerable. Imitando el sol, se consideraba signo de la divinidad creadora, a través de los espejos multiplicaba su influencia beneficiosa en el camino cotidiano. Era, pues, símbolo de la vida misma y de la regeneración.
Atributo de la diosa Hathor, la función religiosa de los espejos también fue exaltada en la llamada «danza de los espejos» de la tumba de Saqqara y por las devotas de Isis que, en las procesiones, llevaban espejos atados a la espalda para difundir la luz materna y protectora de la diosa.
«El verte es el esplendor de mis ojos», así rezan los Cantos de amor del antiguo Egipto. El acto de verse y de mirar era fundamental para los egipcios, en razón de la importancia concedida a la apariencia física y en particular a la mirada. Fiel a esta tradición, el espejo del Aboca Museum es una idea de regalo inolvidable que trae consigo el encanto de los milenios.
Realizado por maestros artesanos toscanos, el espejo está constituido por una parte reflectante en lámina de plata. La parte metálica retoma un espejo de bronce sin manija que data del período comprendido entre el Nuevo Reino y la Época Tardía. La manija reproduce, en forma y color, una manija de madera ennegrecida, probablemente de sicomoro, que data del Nuevo Reino.
El proyecto de Aboca, destinado a explorar el profundo vínculo entre el hombre y la naturaleza, incluye la recuperación y la reanudación de técnicas artesanales antiguas y sabias. Por esta razón, la producción de los objetos se confía a los trabajadores expertos, capaces de renovar la tradición secular que ha contribuido a difundir el nombre de Italia en el mundo.
Notas
El espejo se encuentra en una elegante caja de terciopelo azul.
Otra información
El espejo, instrumento indispensable para la práctica diaria del maquillaje, aparece ya en el Antiguo Reino. Estaba hecho de un disco de bronce bien pulido y una manija, que podía ser de varios materiales y formas. Su valor simbólico también era considerable. Imitando el sol, se consideraba signo de la divinidad creadora, a través de los espejos multiplicaba su influencia beneficiosa en el camino cotidiano. Era, pues, símbolo de la vida misma y de la regeneración.
Atributo de la diosa Hathor, la función religiosa de los espejos también fue exaltada en la llamada «danza de los espejos» de la tumba de Saqqara y por las devotas de Isis que, en las procesiones, llevaban espejos atados a la espalda para difundir la luz materna y protectora de la diosa.